El acné es una afección de la piel que se manifiesta mediante distintos tipos de protuberancias o bultitos. Puede tratarse de espinillas o puntos negros, puntos blancos, granos y quistes. Los adolescentes desarrollan acné debido al cambio hormonal propio de la pubertad. Si tus padres tuvieron acné durante la adolescencia, tú tienes más probabilidades de desarrollarlo también. La buena noticia es que, en la mayoría de la gente, el acné desaparece casi por completo cuando abandona la etapa de la adolescencia.
El tipo de acné que tienen muchos adolescentes se llama acné vulgaris (el significado “vulgaris” no es tan negativo como parece, significa “del tipo más frecuente”). Suele aparecer en la cara, el cuello, los hombros, la parte superior de la espalda y el pecho.
Como evitar el acné
Para evitar la acumulación de grasa que puede contribuir al acné, lávate la cara una o dos veces al día con jabón suave y agua tibia. No te frotes fuertemente la cara con una toallita o manopla: el acné no puede quitarse de ese modo, ya que el hecho de frotarlo o resfregarlo con fuerza lo empeoraría, al irritar la piel y los poros. Trata de limpiarte la cara con tanta delicadeza como puedas.
Si utilizas maquillaje o crema de protección solar, asegúrate de que los productos que utilizas están catalogados como “no grasos”, “no comedogénicos” o “no acnegénicos”. Y, cuando te laves la cara, asegúrate de dedicar suficiente tiempo a quitarte todo el maquillaje para que no te obstruya los poros.
A veces la gente, aunque se lave correctamente la cara y utilice lociones y maquillaje no grasos, desarrolla acné de todos modos; es algo completamente normal. De hecho, algunas chicas que tienen problemas de acné, comprueban que este les aparece pocos días antes de tener el período menstrual. Este acné se denomina acné premenstrual y lo presentan aproximadamente siete de cada 10 mujeres debido a los cambios hormonales asociados a la menstruación.
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